Colegio Alemán de Santiago
 
 
 
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Clasificación 972 KNI 1996
Autor(es) Knight, Alan
Título(s) La revolución mexicana del porfiriato al nuevo régimen constitucional:vol II Contrarevolución y reconstrucción
Edición
Editores
Lugar de Edición
Fecha de edición

Grijalbo
México
1996
Notas No Conocido COMPRA
Resumen El segundo volumen está dedicado al periodo colonial y se divide en dos grandes bloques designados por las dinastías que se suceden en el reino de España: los Austrias y los Borbones. La consecuencia directa de la llegada de Cortés fue la conquista gradual del territorio mesoamericano, paulatinamente convertido en una entidad macroespacial denominada Virreinato de la Nueva España que junto al Virreinato del Perú formarían las dos grandes unidades administrativas indianas, ampliadas con dos nuevos virreinatos más en el siglo XVIII, el del Río de la Plata y el de Nueva Granada. Después de la usurpación de la hegemonía política a los aztecas, que dominaban a millón y medio de indígenas del valle de México y a más de veinte millones de las provincias tributarias, la política española se centró en la conquista militar y material del territorio. Era necesario un diseño colonial que controlase los excedentes productivos mexicanos y que los hiciese llegar con éxito a las arcas peninsulares, y la encomienda y los repartimientos de indios fueron las unidades básicas en las que se afianzó el sistema colonial, estructuras que no contaron con el caos demográfico derivado de las epidemias que afectaron drásticamente a la población indígena y, por consiguiente, al descenso de mano de obra para las haciendas.\ La conquista militar y política fue acompañada de la conquista espiritual, controlada por las órdenes regulares, especialmente de franciscanos, dominicos y agustinos cuyo fin era la evangelización y la usurpación de la idolatría. La cosmovisión indígena no fue entendida, las prácticas religiosas de las sociedades originarias fueron calificadas como derivaciones diabólicas, aunque el autor apunta que la Inquisición no juzgó a los indígenas como principales víctimas sino que fueron españoles y mestizos los objetivos directos de la persecución del Santo Oficio. El siglo XVI dio paso a la escolástica barroca que dominó la alta cultura mexicana durante todo el siglo XVII y buena parte del XVIII. El desarrollo de la economía y la política coloniales estuvo acompañado de un proceso intenso de aculturación y resistencia, se produjeron tumultos y protestas entre las comunidades rurales por los abusos cometidos por los hacendados. Para Knight una de las cuestiones más llamativas es que los españoles no supieron entender las diferencias étnicas mexicanas: tended to see Indians as an undifferentiated ethnic mass, defined by political subjection and tributary status; ethnic niceties passed them by (II, p. 123), y de esta manera homogeneizaron las particularidades basadas, sobre todo, en la diversidad lingüística y en unas costumbres distintas que hacían que cada grupo constituyera un ecosistema excepcional, que nada tenía que ver con otra comunidad vecina y mucho menos con otro conjunto étnico a kilómetros de distancia. Los indios mexicanos no eran ni son una entidad compacta, con una cosmovisión única; obviar la diversidad étnica nacional y asumir su invisibilidad han sido axiomas persistentes en la historia de México. De tal manera que la doble indiferencia hacia la diferencia originada en este gesto de incomprensión colonial, continuaría en el siglo XIX durante el proceso de construcción nacional, pues se los excluye del proyecto de país, y persiste hasta nuestro días apenas alterada por protestas efímeras o poco eficaces, de las cuales la más conocida y tenaz es el movimiento zapatista. \ Uno de los éxitos de este volumen, y que marca la singularidad respecto a otras historias generales, es la insistente reflexión teórica a la que Alan Knight somete al lector. Un buen ejemplo es el capítulo titulado Theoretical Reprise, último de la primera parte, donde analiza la manera en que términos como feudalismo, capitalismo y modos de producción acarrean profundas connotaciones e implicaciones teóricas que los hace merecedores de una reflexión individualizada para una mejor comprensión de los cambios económicos e históricos acaecidos en el siglo XVIII. El autor concluye que the transition to capitalism -the mutually reinforcing process of proletarianization, capital accumulation and technological innovation- was still a long way off as the colonial era ended (p. 201). La llegada de los Borbones al trono representó para América toda una serie de reformas, de cambios políticos y sociales que ponían fin al gobierno de los Habsburgo, época que los hispanistas británicos llaman the colonial siesta, y que sirven de preámbulo para la gran convulsión de 1810. Knight centra en tres ciclos de cambios estas reformas: la recuperación demográfica, que iba asociada a un crecimiento económico, la regeneración de la producción minera y, por último, las reformas administrativas y comerciales; esta tríada se mostraría insuficiente para calmar las necesidades y expectativas criollas que esbozaban ya a finales del siglo XVIII la idea de una patria mexicana. La sociedad novohispana cimentó su naciente nacionalismo en una intelectualidad reunida en torno a instituciones científicas, como las Sociedades Económicas de Amigos del País, y al reforzamiento de símbolos y valores, entre los que cabe destacar el culto a la Virgen de Guadalupe y el enaltecimiento del pasado precortesiano como paradigma de sociedad ideal, no contaminada, ejemplo a considerar por la élite criolla, aunque Knight olvida apuntar que los indios mexicanos estaban expulsados de ese edénico arquetipo, al ser considerados por el colectivo letrado criollo como sujetos imposibles de integrar en el nuevo modelo de nación, ya que gobierno colonial español los había corrompido.\ La crisis peninsular de 1808 abrió aún más la brecha entre peninsulares y criollos, una enemistad que culminó en el grito de Dolores y en la confrontación abierta entre insurgentes y realistas, con intereses y dinámicas muy diferenciadas dependiendo de las regiones. La gran masa popular que luchó activamente por la libertad comprendió, una vez finalizada una década de enfrentamientos, que el gobierno político se había transformado pero el orden socioeconómico permanecía indemne. El autor advierte que durante esta etapa surgieron guerrillas y bandidos, principalmente en las zonas rurales de Guanajuato, Michoacán, Guerrero, Zacatecas o Veracruz; los líderes de estos grupos emergieron años después como caudillos provinciales, práctica que daría lugar al fenómeno del caudillismo y que, con pequeñas mutaciones, llega hasta la actualidad. También se destaca la excesiva brutalidad contra los gachupines, una violencia ritual que halló sus objetivos prioritarios entre oficiales, hacendados y mercaderes; es evidente que el radicalismo social del proceso destapó la venganza por tantos años de opresión, al mismo tiempo que la insurgencia disfrazó las rivalidades entre las clases sociales implicadas en la lucha, intereses y soberanías que no eran más que el signo evidente de una extraordinaria crisis política. Esperamos que el tercer volumen de la obra, que se ocupará de la formación nacional, de la Revolución y del periodo contemporáneo, etapas habituales en la bibliografía de Knight, nos ayude a completar nuestra visión de la historia mexicana. \Plan diferenciado de historia contemporánea año 2001
Descripción 618 p.

Copias

No de registroStatusLugar
37205 DisponibleLC

Materias
1.HISTORIA AMERICA DEL NORTE
2.REVOLUCION MEXICANA
3.HISTORIA DE MEXICO
 
 
 
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