Resumen |
"No soy miedosa y no era miedo lo que me daba aquel enorme piso, de más de cien años, que añoraba sus grandezas muy cerquita de la plaza de Oriente. Me daba respeto, aburrimiento y rabia; rabia porque me sentia engañada... En mis ultimos insomnios habia observado que a partir de las tres de la madrugada se despertaban los crujidos, los roces y los chasquidos... De pronto, un relampago sordo ilumino por un momento la habitacion y dibujo, a contraluz, una pequeña figura a los pies de mi cama. El corazon me dio un salto, mi mente se preguntaba si lo habia visto o lo habia imaginado. Si era una ensoñación de mi cansado duermevela o realmente, habia alguien al pie de mi cama." |