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Clasificación |
CH 863 RIV 2004
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Autor(es) |
Rivera Letelier, Hernan
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Título(s) |
Canción para caminar sobre las aguas
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Edición
Editores
Lugar de Edición
Fecha de edición |
Planeta
Santiago
2004
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Notas |
No Conocido COMPRA
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Resumen |
Rivera Letelier, Hernán \biografía. \Hernán Rivera Letelier nació en Talca (sur de Chile) en 1950, pero su infancia transcurrió en el norte del país, en las grandes extensiones del desierto, en los yacimientos salitreros, donde realizó sus estudios primarios y donde trabajó como obrero durante largos años. Originariamente, cultivó la poesía y el cuento; varios de sus relatos han integrado diversas antologías. Entre sus obras, destacan La Reina Isabel cantaba rancheras, distinguida con el premio de Novela del Consejo Nacional del Libro y la Lectura (1994), galardón que obtuvo de nuevo en 1996 con la novela Himno del ángel parado en una pata, que ratificó la calidad de Rivera Letelier como novelista de obligada referencia en la actual narrativa chilena. \Títulos publicados en Seix-Barral \-Fatamorgana de amor con banda de música (Biblioteca Breve)\HERNAN RIVERA LETELIER \RASGOS BIOGRAFICOS.\Nació en Talca (1950). Vivió hasta los 11 años en la oficina salitrera Algorta. Al finalizar ésta, se traslada la familia a Antofogasta, donde muere su madre. Sus hermanos se van a casa de sus tías. El se quedó en Antofagasta solo, hasta los 11 años aproximadamente. Para sobrevivir, vendió diarios. Posteriormente trabaja como mensajero en la empresa Anglo Lautaro (hoy Soquimich). A los 18 años entró a un taller electrico. Pero su afán aventurero lo envió a recorrer, por tres años, Chile, Bolivia, Perú, Ecuador y Argentina. Regresó en 1973 a Antofagsata e ingresó a trabajar en la empresa Mantos Blancos. Se casó con una niña de 17 años teniendo él 24. Después partió a Pedro de Valdia, otra oficina salitrera. Estudió en la escuela nocturna séptimo y octavo año y en Inacap obtuvo su licencia de enseñanza media.. Actualmente (2000) vive en Antofagasta con su esposa y cuatro hijos. Ha obtenido en dos oportunidades el Premio Consejo Nacional de Libro (1944 y 1996).\EL ESCRITOR\Si bien en un principio publicó poemas y cuentos en sus libros Poemas y Pomadas y Cuentos breves y cuescos de brevas, respectivamente, es en el género novelístico donde ha obtenido rotundo éxito editorial, de crítica y de público. Sus libros están siendo traducidos a varios idiomas y también hay perspectivas de hacer cine.\Su primera novela La Reina Isabel cantaba rancheras, al igual que las posteriores, tratan sobre la vida dura, laboriosa y solitaria de las personas que trabajan en las oficinas salitreras, dándole importancia al retrato de los burdeles y prostitutas, a quienes coloca como heroína en sus textos. Son mujeres que amo, porque si ser prostituta ya es fuerte, serlo en el desierto raya en lo heroico.\Sueña con poseer un estilo literario que sea una mezcla de lo mágico de Rulfo, lo maravilloso de García Márquez, lo lúdico de Cortázar y la inteligencia de Borges. Nada más quiere el pampino. Estas cualidades soñadas por Rivera Letelier se asoman un poco en sus textos, especialmente lo maravilloso de García Márquez y lo lúdico de Cortázar.\Sus dos primeras novelas, un tanto morosas en su desarrollo, muestran el talento del futuro gran escritor, consolidando su estatura de tal en su libro Fatamorgana de amor con banda de música (1998), donde la pluma se ha aligerado, no abunda en digresiones y la tensión dramática es más acentuada y dinámica.\Sus héroes, como lo dijimos, siguen siendo personas de pobre pasar, con mucha adicción al alcohol, los juegos, la jarana y viviendo en una permanente pobreza. Incursiona en un género que hizo famoso a Manuel Rojas, Armando Méndez Carrasco, Gonzalez Vera, Alberto Romero, Nicomedes Guzman y otros escritores chilenos.\Ha tenido suerte porque tiene talento.\Sus primeras novelas, reiteramos, conocieron el éxito inmediato, circunstancia que se ha mantenido con las obras posteriores, al igual que los otros escritores de renombre internacional: Isabel Allende y Luis Sepúlveda.\EL HOMBRE\Fiel a sus raíces humildes, Rivera Letelier es de una sinceridad enorme. No oculta sus inicios y no cree ser escritor. Sencillo, afable, locuaz, utilizando términos populares, su conversación es diáfana y coloquial, propio de una persona que ha tenidos innúmeras experiencias en la vida y donde todo lo ha conseguido con mucho esfuerzo y sacrificio. A él nada le ha sido regalado. Por eso cobra importancia el exito obtenido: desde ese día (cuando ganó en 1944 el Premio Consejo nacional del libro) la vida me dio una vuelta de carnero. Me he convertido en el hombre más feliz del mundo. Hago lo que me gusta, vivo de eso y lo gozo. No he cambiado mi forma de vivir ni mis amigos, pero me siento más seguro de mí mismo, ya que no tengo que preocuparme de que no voy a tener pan para mis hijos mañana.\LIBROS PUBLICADOS\Poemas y pomadas. 1988\Cuentos breves y cuesco de brevas.1990\La reina Isabel cantaba rancheras. 1994\Himno del ángel parado en una pata, 1996\Fatamorgana de amor con banda de música.1998\Los trenes se van al Purgatorio.2000 ENTREVISTAS: HERNAN RIVERA LETELIER \“Arriesgué mi vida montones de veces”\ Por Marcelo Cabello M.\El autor pampino habló sobre “Canción para caminar sobre las aguas”, reciente novela que alude a sus viajes a dedo en los años ‘70, con anécdotas vividas en pueblos distintos a la tierra salitrera. Se aleja de su sello literario y envía un mensaje a los jóvenes. “A la juventud de hoy le falta la sigla S.A.L., sueños, audacia y locura”.\“Cada vez que escribo algo nuevo, siento que es realmente la obra que vale. Y ya empecé a escribir otra que va a ser mucho mejor que todas las anteriores” ¿Fe ciega o nula autocrítica? Palabras de un escritor que ya se le puede leer en alemán, griego, italiano, francés o portugués, en una breve carrera iniciada hace una década con “La reina Isabel cantaba rancheras”. De ahí sumaron y siguieron relatos de prostitutas, salitreras, desierto, fantasmas, nocturnidad y legado histórico. Del papel a lo audiovisual un pequeño paso, pero antes una cantidad de premios y condecoraciones ¿De quién hablamos? Del antofagastino Hernán Rivera Letelier que ya es marca registrada, pues su nombre se destaca más que el título en su reciente novela “Canción para caminar sobre las aguas”.\“Como me ocurre siempre, antes de terminar una novela, estoy empezando otra, y en esta oportunidad no fue distinto, aunque esta novela comenzó mucho antes, cuando estaba escribiendo Himno del ángel parado en una pata, en el año ‘94. El personaje, Hildebrando es un niño, que ahora es joven; el niño se me arrancó con los tarros y escribí unas setenta páginas del niño como hippie”, dice el autor de este road history de tres jóvenes que recorren Chile en los ’70 sin un peso en los bolsillos. \Rivera Letelier reconoce la inspiración biográfica que le facilitó aún más su trabajo. “El libro anterior (Santa María de las flores negras) fue trabajoso, tuve que investigar archivos, diarios viejos. Soy más bien flojo para meterme en las bibliotecas y esas cosas. Para Canción... escribí muy poco porque lo viví todo, salvo algunos detalles, como la celebración del 4 de septiembre, de Salvador Allende, cuando se reunió un millón de personas frente a la Plaza de la Constitución. Quería que los personajes pasaran por Santiago para esa fecha, en la concentración”.\Su obra habla de su peripecia de mochilero durante los ’70, ¿cómo era viajar sin dinero en esos tiempos?\“Era extraordinario, yo comencé a mochilear a principios del ‘69. Eramos como la novedad del año, los mochileros llegábamos a los pueblos y la gente nos llamaba para atendernos, regalonearnos, darnos cosas. Fue una época muy linda, después con el paso de los años se empezó como a malear, entre mochileros y hippies se metió gente del hampa. Los que tuvimos la suerte de ser mochileros, salir sólo a caminar con una mochila, lo pasamos espectacular. Eramos como los marinos... una mujer en cada pueblo”.\Si repitiera la experiencia: ¿qué haría y dejaría de lado?\“Lo volvería a vivir, pero hay cosas que no haría, cosas que cuando las recuerdo ahora, me arrepiento, me pregunto cómo pudo hacerlo, es verdad que cuando uno es joven es inmortal, no piensa en la muerte. Arriesgué mi vida montones de veces, en un puente a la salida de Curicó me salieron a cogotear, tres tipos con unas cuchillas que parecían sables. En una playa, casi quisieron violar a la compañera con la que andaba. Nos lanzábamos de los trenes de carga en marcha, vi algunos accidentes, gente que caía. No, cuestiones que no haría y que a mis hijos no se las aceptaría”.\El autor se aleja de los escenarios y personajes de la Pampa –su comodín literario- para adentrarse en otros paisajes y códigos ¿Necesidad personal o reacción a la crítica? “Escribo por intuición nomás, por instinto. Intuí que era hora de cortar esta historia, te digo tenía setenta páginas de un libro anterior sobrantes. No escribí antes porque se dieron otras historias, pero ahora se dio, la escribí y punto. No pensé en nada, ni que los hippies habían vuelto, la moda, no, eso fue posterior a la decisión de escribir esta novela. Algunos pensarán que Rivera escribió esto porque los hippies estaban de vuelta, pero no, yo estuve de vuelta antes que ellos, que la moda, pues la empecé a escribir en 1994”.\¿Qué le dicen “En el camino” de Kerouac, y el filme “Y tu mamá también”?\“La película no la ví y a Kerouac no lo he leído, traté de leerlo, pero no; en verdad la literatura norteamericana siempre me ha dado las pelotas. Cuando yo le conversaba a mis amigos la novela que estaba haciendo, me decían que tenía que leer En el camino; lo compré, pero no pasé, creo, de la página veinte (...) Pero sí creo que funcionó perfectamente conmigo la película Busco mi destino, de Peter Fonda. En esa andanza me pongo a escribir, realmente encontré mi destino andando por pueblos, supe que iba a ser escritor”.\Los ojos de Rivera Letelier brillan, como si olvidara su papel de entrevistado por enésima vez en un par de días de visita por Santiago. Se agolpan añoranzas que se cruzan con el humo del café que, en parte, oculta su agrietado rostro. Entonces, cabe preguntarle qué ideas del movimiento “amor y paz” permanecen en su alma. Y dispara: “Sigo siendo hippie, sigo teniendo sueños, amando la libertad por sobre todas las cosas, sigo creyendo en las utopías, que era lo básico de la juventud de aquellos tiempos. A la juventud de hoy le falta la sigla S.A.L., sueños, audacia y locura”.\Aventura hippie... a la chilena\A Rivera Letelier no le interesa reconstruir el contexto histórico de la Unidad Popular que viven Brando Taberna, Cristo Pérez y Jerónima Monroe, el trío de hippies que deambulan por pueblos y calles del norte de Chile y sur de Perú. Sus protagonistas son unos gozadores y haraganes abocados a conseguir comida, alojamiento y yerba sin gastar un peso. Brando es el soñador que descubre la poética (quizás el alter ego del autor); Cristo es un tipo con aires bíblicos dentro del mundo de la charlatanería; y la única mujer del grupo, Jerónima, está obsesionada en esconder su parentesco con un sacerdote y siempre ávida de placer; tiene de mascota a un ratón llamado Joe DiMaggio. “Cuando estaba haciendo el retrato de la mujer, en el capítulo dos, de pronto vi que algo le faltaba, se me ocurrió una mascota, el ratoncito blanco, me quedó perfecto. Tres días después voy al centro de Antofagasta, y veo a una pareja afuera de la Casa de la Cultura. Ella era gordita y andaba con un ratón blanco, me puse a conversar con ellos, como lo criaban, que le daban de comer...”, recuerda el autor que, esta vez, aliviana su prosa de la carga de modismos y palabras fetiches, sin evitar caer en cierta confusión y errores verbales respecto de la época en que se ambienta esta aventura http://www.letras.s5.com/archivorivera.htm http://www.letras.s5.com/archivorivera.htm |
Descripción |
237 p. |
Copias
No de registro | Status | Lugar |
19471 |
Disponible | LC |
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